El
catálogo florístico del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
pretende ser una relación sistemática, crítica y exhaustiva de su flora
vascular actual, es decir, los pteridófitos y espermatófitos. Una obra
de este tipo está en permanente revisión, dado que se siguen estudiando
grupos taxonómicos y describiendo especies, muchos de ellos al amparo
del veterano proyecto Flora iberica. Por otra parte, con este
trabajo no se agota la exploración florística de nuestro territorio
aunque creemos que se alcanza un alto grado de conocimiento. También
somos conscientes de que ciertos grupos pueden quedar algo incompletos y
esperamos en un futuro mejorar la información relativa a ellos. Es
preciso, por tanto, pedir disculpas por los errores u omisiones que se
hayan deslizado en un trabajo tan complejo.
La
confección de un catálogo florístico requiere la recogida de muestras
vegetales, lo más completas posibles, de todas las especies que se
encuentren y de diversas localidades, que se conservarán en seco en un
herbario con una etiqueta identificativa en la que conste la localidad
completa y precisa: provincia, término municipal, topónimo, altitud,
cuadrícula UTM de 1×1 kilómetro, fecha de recolección, recolector y
ecología. Un herbario bien etiquetado es una fuente muy fiable de
información que permite confirmar en cualquier momento la certeza de una
determinación, dando constancia física de la presencia de una planta en
una fecha y lugar concretos.
No
obstante, el catálogo se complementa con otras fuentes de información
como las observaciones de campo y la bibliografía. Dentro de ellas
incluimos los inventarios fitosociológicos, tanto propios como ajenos
(algunos de ellos inéditos), que proporcionan un caudal de citas
florísticas muy estimable que permite completar la corología de las
especies.
Para la informatización de las citas hemos
usado una versión modificada por nosotros del programa BdOrca,
realizado por el Dr. Xavier Font de la Universidad de Barcelona para el
proyecto de cartografía corológica ORCA, que tiene como soporte la base
de datos dBaseV (Font Castell
& Pons, 1992). La
información florística de los más de 1300 inventarios manejados se
procesó con el paquete de programas VegAna (Cáceres
& al., 2003), que tiene un módulo que permite exportar las citas a
BdOrca.
Así, nuestra base de
datos consta de cerca de 52.000 registros, de los que 12.500
corresponden a pliegos de herbario depositados en el herbario JACA
(Instituto Pirenaico de Ecología, CSIC), 3000 de los cuales son
aportación nuestra. Otros 23.000 registros son citas de campo
(incluyendo las de 600 inventarios propios) y finalmente 15.500
provienen de la bibliografía, mayoritariamente de 700 inventarios
ajenos.
Ciertamente, había un ingente trabajo de recolección adelantado debido
sobre todo a Pedro Montserrat y a Luis Villar, en una labor paciente y
cuidada de más de 20 años con pliegos pulcramente etiquetados. Cabe
mencionar las recolecciones de Ángel Gallego y Héctor Pipió, dirigidas
por el Dr. Montserrat en 1971. Además, existe un número indeterminado de
pliegos recogidos por Miguel Arbella durante los años ochenta en la
Sierra Custodia que por desgracia no hemos podido incluir ya que las
etiquetas en su mayoría están incompletas, por lo que sólo hemos usado
las citas de sus inventarios (Arbella, 1988), acudiendo al herbario para comprobar algunas
especies conflictivas y cuya etiqueta no ofreciera dudas.
También
hemos recurrido al herbario BCF (actualmente en BCN, Centro de
Documentación de Biodiversidad Vegetal de la Universidad de Barcelona,
Guàrdia & al., 2003), pues allí se encuentran los
pliegos de la única obra dedicada a la flora del Parque (Losa
& Montserrat, 1947). Así
mismo, se han realizado consultas en los herbarios BC, BCC, LISI, MA,
MACB, MAF, etc.
Para la
confección del catálogo la obra de referencia es el Atlas de la Flora
del Pirineo Aragonés, volúmenes 1 y 2 (Villar
& al., 1997-2001), –en adelante denominado
Atlas–, que vio la luz
durante la realización de esta tesis, lo que ha supuesto para nosotros
un apoyo insustituible, ya que sus mapas, iconos y comentarios han
allanado enormemente nuestro camino.
El
criterio de ordenación de familias y géneros ha sido el adoptado por el
Atlas, es decir, Flora
Europaea (Tutin &
al., 1964-84). En lo
nomenclatural hemos sido más eclécticos, ya que nuestras obras de
referencia son tanto Flora iberica (Castroviejo,
1986-2005), como Flora del Països Catalans (Bolòs
& Vigo, 1984-2001), la citada Flora Europaea y
monografías posteriores.
Los
nombres en latín de los grandes táxones encabezan los grupos
correspondientes. Para los táxones elementales se llega al nivel
subespecífico y de forma esporádica al de variedad, aunque en muchas
ocasiones las subespecies son tratadas en el apartado de comentario.
La
información que se facilita de cada taxon va ordenada de la siguiente
manera:
a)
Nombre científico correcto.
Se han empleado cuatro categorías:
1.
Táxones admitidos en la flora.
Van numerados, en letra redonda y negrita. En esta categoría encontramos
también los táxones subespecíficos que se citan en los comentarios, y
los mestos, que no se numeran.
2.
Táxones de la flora pero que son
subespontáneos o accidentales. Van
sin numerar, en letra redonda y negrita.
3.
Táxones citados por otros autores,
generalmente hace más de 50 años y de los que
no hemos podido ver ningún material. Van sin numerar, en letra cursiva y
negrita.
4.
Táxones excluidos de la flora,
por tratarse de citaciones erróneas, comprobadas o justificadamente
improbables. Van sin numerar, en letra cursiva y sin negrita.
b)
Mapas de distribución.
Cuando hay un número suficiente de localidades, hemos editado un mapa de
distribución del taxon con cuadrícula UTM de 1×1, e indicamos su
presencia con el icono .
Hemos editado en total 615 mapas, situados al final del texto y
ordenados alfabéticamente, con la siguiente simbología:
●
Un círculo representa que la cita está respaldada por un pliego de
herbario;
○
Una circunferencia indica una referencia bibliográfica;
▼
Un triángulo invertido
corresponde a una observación de campo.
c)
Nombres sinónimos
usados en las obras de referencia, en letra redonda.
d)
Citas previas.
Se da la relación de referencias bibliográficas donde se ha citado ese
taxon, por orden cronológico. Se sobreentiende que ya ha sido citado
en el Atlas del Pirineo Aragonés,
bien específicamente bien de forma indirecta a través de sus mapas,
salvo que se diga lo contrario en el
comentario.
e)
Relación de localidades.
Hemos optado por seleccionar una sola localidad por cada cuadrícula de
10×10 Km, dado que nos parecía excesivo listar todas las localidades
disponibles. Las coordenadas BH corresponden al uso 31T, mientras que
las YN son del uso 30T.
1.
En primer lugar va la coordenada UTM 1×1
en negrita (en su defecto la de 10×10). Si se trata de una novedad para
el Atlas, va subrayada.
2.
Entre corchetes, el sector o valle al
que pertenece la localidad, con arreglo a la siguiente codificación.
B: Valle de Bujaruelo. O: Valle de Ordesa. T: Torla
pueblo y alrededores. V: Valle de Vió. A: Valle de
Añisclo. E: Valle de Escuaín. P: Valle de Pineta. C:
Valle del Río Real o de Chisagüés.
3.
Topónimo.
Se ha seguido la toponimia oficial publicada en el mapa 1:25.000,
editado en 2000, por el Centro Nacional de Información Geográfica y el
Organismo Autónomo Parques Nacionales.
4.
Altitud
en metros sobre el nivel del mar.
5.
Autor de la cita
en cursiva, abreviado para nombres muy frecuentes (ver el listado
adjunto). Si se trata de una cita de campo no se adjunta más
información. Si procede de un pliego, se acompaña del número del
herbario entre paréntesis; sólo se especifica el acrónimo del herbario
cuando no es JACA, de acuerdo con el Index Herbariorum (Holmgren
& al., 1990). Si la cita procede de un inventario, aparecerá un
código de alfanumérico identificativo del mismo. Por último, si la cita
es bibliográfica, el nombre del autor va entre paréntesis y en versales.
f)
Relación exhaustiva de cuadrículas de 1×1.
En caso de no haber editado mapa de distribución, se da el listado de
cuadrículas de un kilómetro cuadrado.
g)
Distribución y forma biológica.
1.
Relación de sectores o valles donde está
presente, conforme a la codificación citada.
2.
Límites altitudinales. Entre paréntesis
localidades extremas. Cuando nuestros datos suponen una ampliación del
rango altitudinal dado por el
Atlas, lo hacemos notar subrayándolo.
3.
Abreviatura de la forma biológica (véase
listado adjunto).
4.
Abreviatura de la indicación corológica (véase
listado adjunto).
h)
Figura de protección.
Si se da el caso, figura una línea en la que se especifica, de forma
abreviada, su inclusión en algún texto legal de flora amenazada o en
alguna lista roja. Pueden ser los siguientes:
-
ARA:
Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón (Decreto
49/1995; Orden de 4 de
marzo de 2004), con arreglo a las siguientes categorías. I:
En peligro de extinción. II: Sensible a la alteración de su
hábitat. III: Vulnerable. IV: De interés especial.
-
ES:
Catálogo de Especies Amenazadas de España (Ley
4/89). Las mismas categorías del catálogo aragonés.
-
UE:
Anexos de la Directiva Hábitats de la Unión Europea (Directiva
92/43/CEE; Directiva
97/62/CE).
Anexo II:
Especies de interés comunitario para cuya conservación es necesario
designar zonas especiales de conservación. Anexo IV: Especies
de interés comunitario que requieren una protección estricta. Anexo
V: Especies de interés comunitario cuya recogida en la naturaleza
y explotación pueden ser objeto de medidas de gestión.
-
LR: Lista Roja de la Flora Vascular Española (Auct.
Pl., 2000), según categorías UICN (1994).
EX: Extinto. EW: Extinto en estado
silvestre. EX (RE): Extinto regional. CR: En peligro
crítico. EN: En peligro. VU: Vulnerable. NT: No
amenazada. DD: Datos insuficientes.
i)
Comentario ecológico, adscripción
fitosociológica y grado de abundancia.
En este apartado se da una explicación sucinta de los ambientes en los
que encontramos el taxon en cuestión. En algunos casos puede acompañarse
de otros comentarios de tipo corológico, taxonómico, nomenclatural,
cultural, etnobotánico, etc. A continuación, casi siempre se da su
atribución a una o varias unidades fitocenológicas en cualquiera de sus
categorías, desde asociación hasta clase. Finalizamos con una valoración
de su abundancia en el territorio estudiado, en función de 8 categorías:
rarísima (RRR) para táxones con una sola localidad; muy rara (RR),
con menos de cuatro; rara (R); escasa
(E); frecuente (Fr); común (C); muy común (CC); y general (CCC) para
especies formadoras de paisaje.
En el caso
de algunas plantas amenazadas, para preservar su conservación, hemos
omitido la información que pueda permitir localizarlas con precisión.