Iniciamos aquí la exposición del capítulo dedicado las
comunidades vegetales del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Para ello,
hemos utilizado la metodología de la escuela sigmatista de Zúrich-Montpelier,
desarrollada por Josías Braun-Blanquet y colaboradores, denominada
fitosociología o fitocenología (Braun-Blanquet,
1979).
El motivo para elegir este
método es por ser un sistema ampliamente usado y de probada utilidad, sobre todo
para la zona templada, que permite describir la vegetación de una forma sencilla
y con relativamente poco esfuerzo. Como contrapartida hay que conocer la flora a
fondo y la elección de las parcelas no es aleatoria.
Para realizar este estudio hemos levantado cerca de 600
inventarios fitosociológicos. Además, hemos contado con 300 inventarios
bibliográficos sobre todo de Quézel
(1956); Rivas-Martínez (1962,
1969, 1977, 1988); Fernández Casas
(1970b, 1970a, 1972) y Rivas-Martínez
& al. (1991), así como otros 400 inéditos de los trabajos de
Aldezábal (1997) con 209, y
Arbella (1988) con 191, lo que
hace un total de 1300 inventarios.
Para manejar tal cantidad de información hemos usado el
paquete de programas VegAna (Cáceres
& al., 2003), que incluye un módulo para la gestión de tablas de inventarios
denominado Quercus, y otro para los análisis estadísticos llamado
Ginkgo.
Como resultado, hemos reconocido en el Parque 112
comunidades vegetales, repartidas en 73 asociaciones más 39 subasociaciones. El
orden de exposición es sintaxonómico, desde las asociaciones más simples
(vegetación de turberas, rupícola y glareícola), hasta las más complejas
estructuralmente (bosques).
Para todas ellas hacemos un primer comentario sobre su
ecología y fisionomía, seguido de su composición florística (y estructura en el
caso de los bosques), sus espectros biológicos y corológicos (divididos en tres
partes: específico, por constancia y ponderado con el recubrimiento) y su
distribución, general y en el Parque, con rangos altitudinales. A continuación
puede venir un comentario sobre la variabilidad del sintaxon, describiéndose las
subasociaciones cuando sea menester, con un esquema similar al enumerado. En
muchos casos se añade un comentario sintaxonómico referido a su nomenclatura,
sinonimias, posición en el esquema de vegetación, etc. Finalizamos con un
apartado sobre su protección legal, es decir, si dicha asociación está incluida
en alguno de los hábitats de importancia comunitaria definidos en la
Directiva Hábitats (Directiva
92/43/CEE, modificada por la Directiva
97/62/CE).
Las tablas de inventarios correspondientes están numeradas y agrupadas después
del texto. En el caso de asociaciones con pocos inventarios o de tablas
sintéticas, las hemos incluido en el texto con numeración romana.
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